Tecnología, espectáculo, literatura: Dispositivos ópticos en las letras españolas de los siglos XVIII y XIX
Resumo
Antes de que la tecnología audiovisual se convirtiese en un elemento central de la cultura de nuestros días, otros dispositivos ópticos gozaron del favor de un público masivo y ávido de nuevos reclamos visuales, a medio camino entre la tecnología científica, la magia y el espectáculo, durante los siglos XVIII y XIX. De dicho interés participaron los escritores españoles de entonces, aunque esto nos resulte casi desconocido. Microscopios, linternas mágicas, mundinuevos, sombras chinescas, panoramas, estereóscopos, daguerrotipos, etc., fueron el objeto de atención de muchos de ellos, quienes, al incorporarlos a su obra, dieron fe de una nueva manera de ver el mundo y avanzaron en la vía del encuentro entre la escritura literaria y las formas discursivas procedentes de tales dispositivos óptsicos. Autores como Feijoo, Torres Villarroel, Leandro Fernández de Moratín, Jovellanos, Mesonero, Espronceda, Zoriilla, Pardo Bazán, Valera, Galdós o Clarín, entre otros varios, fueron en nuestro país testigos privilegiados cuando no decididos conversos -igual que en otros lugares lo serían Goldoni, Hoffman, Goete, Balzac o Dickens, por ejemplo- de un proceso de globalización cultural producido por unas tecnologías de la visión hoy olvidadas pero sin las que difícilmente se podría entender todo lo que vino después.